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Mi bitácora. La nave en el mar de mi vida. (XXI)

Mi bitácora. La nave en el mar de mi vida. (XXI) ... el tercer y último domicilio fue, retornando a la zona de las Ramblas, en la calle Puertaferrisa, nº 13, de esta ya hablé, cuando viví en Petritxol. Vivíamos en el último piso de una casa de cierta solera y antigüedad, no sé si era el 4º o el 5º, pero el piso, de los dos que había por planta, era el de la mano izquierda. Casa amplia, luminosa, bien adecentada y que chocaba en su interior, de bastante nivel para la época, con lo vetusto del portal. El piso, como digo, era demasiado grande para los 4 de mi familia. De entrada un amplio recibidor o hall. A su izquierda daba entrada a la zona de cocina, donde previamente una amplia habitación dotado con armarios estantería de techo a suelo y puertas corredizas con tela de malla metálica para la protección y ventilación, era una gran despensa. Seguido una amplia cocina, dotada de los elementos normales de la época, pero bien revestida, con encimeras de piedra marmórea blanca y un ventanal superior que daba a un amplio patio. Mi madre creo que se seguía apañando con los hornillos con cisterna de petróleo. Al fondo de esa cocina había una puerta que era de una habitación (posiblemente para servicio), ahí acomodaron al gato, con su caja-cama y comedero. Este gato, tuvimos 2 iguales, rayados, grisáceos con negro y blanco, a los que llamamos ‘Pichi’, no recuerdo porque hubo sustitución, posiblemente, desapareciera uno de los dos en sus correrías por los terrados de las casas colindantes. Estos presuntos vigilantes que tuvimos para intimidar a los ratoncillos que se colaban por los balcones de corredera desde el terrado, eran unos cabrones, estaban tan bien alimentados que la única vez que se le puso frente a frente de un roedor que detectamos en el baño grande, se le introdujo, y se tumbó medio dormido, mientras el ratoncillo campaba a sus anchas, tuvo que ser mi padre, el que cumpliera el papel del gato. Fue digno de una película de dibujos de Tom y Jerry.
Continuando con la descripción de la casa, frontal a la puerta de entrada, del recibidor una puerta acristalada y traslúcida, daba acceso a un gran salón comedor. Los escasos muebles que teníamos, algún a parador, una mesa, unas sillas y una mesa camilla, en otro lado del salón, era todo el mobiliario, flotante en aquel extenso espacio. Ah, complementaba un vetusto aparato de radio de grandes bujías, desde donde salían los entretenimientos de aquellos momentos. Programaciones sencillas, programas, instructivos, novelas, músicas dedicadas, concursos, retransmisiones deportivas y noticias. Precisamente en Barcelona se hallaba la emisora decana de la radio española EAJ15, radio Barcelona. El salón tenía dos balcones, el de la derecha, daba a un pasaje (calles estrechas, llamadas así en Barcelona y muy extendidos por la ciudad). De ese salón salía un pasillo que en su parte izquierda había una puerta que conducía a un amplio cuarto de baño, completo, me refiero a lo que presuponía en aquel momento, lavabo, espejo, taza de servicio, bidet y gran baño. Alicatado en azulejos negros y con un ventanal al patio del que ya he hablado. Tenía aspecto elegante o me lo parecía a mí, claro, acostumbrado a ver otras cosas de inferior nivel. En la parte derecha del pasillo, una gran habitación que fue el dormitorio de mis padres. Y al final de este, se entraba en una espaciosa habitación que podría haber sido destinada a salón o comedor, pero que ellos aplicaron a dormitorio para mi hermana y para mí. Las camas parecían flotar en tan inmenso lugar. Al final de esta habitación estaba la del misterio, única de la casa cerrada con llave y que nunca vi. Debía el propietario de tener ahí alguna pertenencia. A la izquierda de esta habitación, otra, algo más pequeña pero de buenas dimensiones nos sirvió de armario general. Ahí situaron unas cuerdas o barras que sirvieron de perchero, todo ello cubierto por un cortinaje para ocultar lo allí colocado, además como no era necesaria su utilización, el resto sirvió como cuarto trastero.
En fin esta casa parecía todo un palacio...
(Imagen: Calle Puertaferrisa, 13, domicilio)

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