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Los hijos (VIII)

Los hijos (VIII) ... (como se verá en el contexto que me guía, hago ‘flashbacks o retrospecciones relativas a mi vida, para ilustrar mi etapa como hijo, adolescente, etc) Pues siguiendo con mi referencia en cuanto al incidente de la consulta médica, es verdad, yo pude engendrar, puedo desarrollar actividades sexuales pero, a veces, no sin dolor y temor de que algo se desgarre, por la tirantez que se produce en el retroceso de la piel. Entonces me incliné en mis preferencias por otras artes amatorias que me satisfacían y me satisfacen suficientemente. El pene, realmente, es torpe, hay sistemas de mayor habilidad y de mejor dirección y mayor autonomía, pero la ley natural indica otro camino, claro sobre todo para la procreación y con ella he cumplido.
Dejando atrás las alusiones y recuerdos hacia mí, me reincorporo al escrito, el varón ya está ‘en forma’ seguirá creciendo, que no desarrollando, más tiempo que la hembra el intelecto y la madurez favorecen a ésta. Las perfecciona mejor. La dichosa ‘edad del pavo’ es una etapa, verdaderamente, tonta. ¿Será, verdaderamente, el pavo animal tan lelo como los púberes humanos?.
Bueno pues comentado parte del aspecto fisiológico, tampoco esto es un ensayo, vamos a un terreno francamente arduo el proceso del desarrollo del carácter y el campo intelectual.
El desarrollo de intelecto, la personalidad, el carácter, fase complicada, muy complicada, aunque todas lo sean. Pero esta supera, porque en un débil estructura, con poco soporte, se tiene que sembrar algo que, ni siquiera en la madurez, se llega a consolidar definitivamente. Por tanto si en la niñez ha habido un buen sustento de cierta y adecuada iniciación a la intelectualidad, el púber tendrá mejor base, pero en la mayoría de las ocasiones se consintió demasiado y, entonces, la planta, el arbolito se empezó a ladear un poquito, mal momento éste que llega para enderezar, porque es tiempo de ‘rebeldía’, admiten pocos consejos, ‘todo lo saben’ (no saben nada de nada), emulan más a ‘colegas expertos algo descarriados’ que admitir consejos y monsergas maternales. Son ‘rebeldes’, ‘muy rebeldes’, son ‘autosuficientes’, pero esa ‘falsa rebeldía’ la doblegan ante las provocaciones del consumismo. Lucen con orgullo los suntuosos logotipos de multinacionales deportivas, que fabrican en países asiáticos manos infantiles a bajo coste, pero que al inscribir el logotipo eleva por 1.000 el precio y nuestros rebeldes realzan su ego, haciendo publicidad gratuita a estas marcas y menosprecian al colega razonable y sencillo, lo consideran ‘el pobre’.
Su ‘rebeldía’ es tener de todo y de lo mejor y que les dejen a su aire y que no los limiten....
Cuando hablo así, habrá quien piense que opino así por ‘odio’, mejor dicho ‘envidia’ a esa edad. ¡Claro que siento nostalgia de la juventud!, pero no envidio a esa juventud, si a la sana, que mayoritariamente hay, pero que al ‘hacer poco ruido’, no exhibir alharacas pasan desapercibidos.
Mi elogio a estos responsables, de ellos obtendremos resultados aunque, desgraciadamente los ‘golfos y maleducados’ también consiguen exceso de prebendas.

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