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Salud. Revisiones médicas.

Salud. Revisiones médicas. Hoy jueves 26 de mayo es uno de los múltiples días que tengo que acudir al consultorio médico para hacerme un control, hasta ahora bimensual, de tensión. Ahora ya me lo sitúan mensual para amarrar mas, ya que a la vez me controlan el nivel de glucosa. Soy hipertenso, esto unido a que hace 8 años fui operado de corazón a raíz de una angina de pecho que me sobrevino, para buen recuerdo cronológico el 31 de diciembre de 1996. Salía de trabajar. Madrid estaba cubierto por una densa capa de nieve por la zona norte donde yo tenía mi trabajo. Una compañera, Olga Plaza, se prestó a acercarme a la parada de autobús habitual para mi, en su vehículo. Camino hacia donde lo tenía aparcado me sobrevino un ahogo, mi aorta fallaba. Ella me dejó tumbado sobre la nieve y fue a buscar ayuda. Una ambulancia UVI del Samur me condujo a la Clínica de La Concepción. En mi semiinconsciencia oí decir a los facultativos “”este hombre se nos va””, frase grabada y tatuada en mi cerebro. Acto seguido, una convulsión me hizo expeler una flema. Yo en el estado en que me encontraba pensé que era ‘el viaje final’, para mi sorpresa, volví a oír decir “”esto nos da algo de margen””. Entrada en Urgencias y posterior UVI, conectado a varias máquinas con pantallas. Esa fue mi sala de fiestas para pasar ese fin de año. Dejaron a mi mujer y a mis hijas acompañarme y compartir la entrada de 1997. El 17 de enero a corazón abierto me colocaron una válvula metálica en la arteria aorta.
Dentro de tan grave circunstancia he ido manteniendo una aparente calidad de vida. Pero claro a raíz de ahí se iniciaron controles, como mínimo, mensuales de coagulación sanguínea y regular mediante el ‘sintrom’ medicamento controlador de este proceso. Este fármaco tiene múltiples interferencias con otras medicinas, alimentos e incluso el estado anímico de la persona, lo que le hace difícil situar el equilibrio que los médicos te marcan. Poco a poco se fueron sumando problemas a esta situación, triglicéridos, transaminasas, colesterol, mas o menos controlados con dietas. Reciente, mi control de glucosa, casi siempre rozando el límite ha provocado la ‘oficialidad’ de la diabetes melitus, para la cual, aparte de perfiles, me han implantado un tratamiento previo de 3 pastillas diarias más. Por si fuera poco una invasiva e incipiente anemia ferropénica y para tratar la misma ya tengo cita próxima en el Hospital y me harán analítica específica.
La suma de estas circunstancias hacen que el cerebro, coco o como le queramos llamar empiece a tener obsesiones. Total y resumiendo mi agenda de citas y controles médicos es lo más parecido a la libreta de la rifada dama de los salones del siglo XIX en donde anotaba los turnos de las peticiones de los caballeros para bailar con ella.
Al paso que voy necesitaré años bisiestos de 400 días para atender tantos requerimientos o sobrarán los días del año, porque estos ya no serán necesarios. La Seguridad Social se quitaría de encima este compromiso. Eso si, en el ínterin y con la mejor intención que en ningún caso desdeño, recibiré palabras estimulantes y de aliento.
Siempre hay alguien que te quiere.

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