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Mi bitácora. La nave en el mar de mi vida. (VI)

Mi bitácora. La nave en el mar de mi vida. (VI) Bien pues por motivos familiares nos trasladamos a Barcelona, Mi padre, retirado prematuramente de la Guardia Civil, por exceso de cupo. Explicaré algo de esto último para que se haga comprensible. Él, al vivir al inicio de la Guerra Civil en Madrid, le tocó estar en la llamada ‘zona roja’ y encima en un cuerpo militar. Su ideario, según creo era el de apolítico. Así que, como tantos españoles, no era ni rojo ni azul, pero el destino y la situación le tiñeron de ‘rojo’. Curiosamente, por su aspecto físico, un granadino atípico, bueno, realmente, salió de Granada a los 6 años y ya no volvió, de ahí que su acento fuera castellano puro, donde siempre residió, su estatura, rayana al 1,85, su pelo ondulado rubio, algo oscurecido, ojos azules y buena planta en general, le daba por lo visto o mejor dicho oído, un aspecto centroeuropeo y en mas de una ocasión le confundieron o situaron en las ‘brigadas internacionales’, equipos mercenarios o ideológicos que actuaron en ambos bandos de los contendientes. Mi padre, estuvo en vanguardia o frente de guerra en varias ocasiones y zonas donde se libraron duras batallas, en Somosierra al norte de la sierra madrileña y en la Cuesta de la Reina, altozanos, próximos a Aranjuez, focos de encarnizadas y crueles contiendas. Se comentó en términos familiares que un ‘caciquillo’ de la propia familia y por envidias que se generan en estos cruentos ambientes, le denunció por algo para tratar de quitarlo de en medio, se llegó a airear que le gustaba mi madre y podía ser un motivo para ‘mojar’ en ese río revuelto. Estos, prácticamente, analfabetos comisarios políticos tenían mucho peso específico, se paseaban con altanería con la pistola al cinto haciendo patente su ‘poder’, manejaban la vida a su ambiente. Pues a mi padre, sin cargo acusatorio, le internaron apresado en los bajos del actual Cuartel General de la Marina, próximo a la famosa plaza de Cibeles. Ahí y durante un período superior a 1 año, en condiciones infrahumanas, como solía suceder en estas malhadadas confrontaciones. Fue ‘sacado de paseo’ en un par de ocasiones. “Sacar de paseo”, en el argot guerrero de aquel momento significaba que en la madrugada, hacinados en camiones sacaban a presos para fusilamientos con el alba, sin juicio, ni acusación conocida...

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